Cuatro mil millones de paquetes de pañuelos de papel se reparten cada año gratis en las calles de las ciudades japonesas. No se trata de ninguna acción altruista sino de una forma de distribuir publicidad que funciona desde hace más de tres décadas.
El éxito de los pañuelos de papel con publicidad se debe a su efectividad. Según un estudio de una consultora de mercado, tres de cada cuatro japoneses aceptan los clínex que les ofrecen por la calle, una proporción mucho mayor a la de los que admiten simples octavillas publicitarias sin regalo. Y todo por un precio escaso, equivalente a menos de 10 céntimos de euro.
Los anunciantes que eligen este soporte para distribuir su mensaje publicitario son muy variados, y pueden incluir desde bares o restaurantes locales hasta grandes empresas de crédito al consumo, pasando por gimnasios, casas de masajes o promociones inmobiliarias y, a veces, van acompañados de cupones de descuento.
Es raro entrar o salir de alguna estación de metro o ferrocarril japonesa y no encontrar a uno o varios repartidores de clínex. En horas punta, en las estaciones más transitadas, es un espectáculo ver la destreza con que distribuyen los pañuelos sin interrumpir a los peatones. Algunos repartidores tienen órdenes expresas de entregar pañuelos sólo al público al que va destinado el anuncio.
Fuente: www.data-red.com
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