Esta vida moderna que llevamos, ajetreada y con prisas, puede llevarnos a extremos cuanto menos llamativos.
Ya no tiene uno ni tiempo para comer. Necesitamos sistemas de manos libres para no tener ocupadas nuestras extremidades superiores con el teléfono mientras hacemos más cosas importantes que no pueden esperar. Y tenía que llegar el momento en que alguien uniera la necesidad de alimentarse con la imposibilidad de tener un momento de respiro para hacerlo. Podemos ir pegándole mordiscos al bocata mientras no disminuímos nuestra productividad y seguimos tecleando para levantar España.
Pero seguro que hay alguien que al ver este sujetabocatas se alegra de que por fin la industria se haya decidido a fabricar aquello que tanto echaba de menos.
Ya no tiene uno ni tiempo para comer. Necesitamos sistemas de manos libres para no tener ocupadas nuestras extremidades superiores con el teléfono mientras hacemos más cosas importantes que no pueden esperar. Y tenía que llegar el momento en que alguien uniera la necesidad de alimentarse con la imposibilidad de tener un momento de respiro para hacerlo. Podemos ir pegándole mordiscos al bocata mientras no disminuímos nuestra productividad y seguimos tecleando para levantar España.
Pero seguro que hay alguien que al ver este sujetabocatas se alegra de que por fin la industria se haya decidido a fabricar aquello que tanto echaba de menos.
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