El nombre es uno de los rasgos que más peso tienen en la
personalidad de una marca. En ocasiones, el “bautizo” de una
compañía obedece a una calculada estrategia de marketing. En otras, la
casualidad gana la partida a la estrategia.
En 1943, cuando sólo tenía 17 años, Ingvar Kamprad fundó la empresa IKEA con el dinero que su padre le regaló por sacar buenas notas. El nombre IKEA lo formó con las iniciales de su nombre (I.K.) más la primera letra de Elmtaryd y Agunnaryd, la granja y el pueblo en los que se crió.
En la actualidad 590 millones de personas visitan cada año las más de 300 tiendas de IKEA distribuidas en 49 países.
Fuente: www.ionlitio.com
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