¿Te imaginas poder entrar en Facebook sin necesidad de introducir ninguna clave? ¿O poder empezar a trabajar nada más encender el ordenador, sin escribir un password? En Estados Unidos se está investigando una curiosa forma de seguridad: identificar al usuario gracias a su forma de teclear.
Día a día, tenemos que lidiar con el mismo sistema de seguridad: por un lado, tenemos que introducir un nombre de usuario, y por otro, una contraseña. Para poder encender el ordenador del trabajo, para entrar en Facebook o para poder acceder a nuestra cuenta de electrónico, debemos introducir esos dos datos. Los más imprudentes siempre utilizan los mismos datos para todos estos sitios. Otros usan diferentes claves y nombres para garantizar que nadie pueda violar su intimidad. Y los más precavidos utilizan complejas claves de 12 dígitos en los que se intercalan mayúsculas, minúsculas, letras, números y símbolos.
Estos últimos son los que utilizan la forma más segura de acceder a sus cuentas, ya que sus passwords son virtualmente imposibles de descifrar por un hacker. Pero esa poderosa clave tiene un problema: es muy difícil de recordar, sobre todo si se utilizan varias igual de complejas en diferentes sitios. DARPA, la agencia encargada de inventar nuevo armamento y tecnología para el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, está probando un revolucionario software de seguridad que permite identificar a los usuarios por su forma de teclear.
Cada persona teclea de forma diferente
Según investigadores de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh (Estados Unidos), cada persona tiene una cadencia e imprime diferente fuerza a la hora de pulsar las teclas. Y hay más. En la misma investigación se ha podido comprobar cómo existen diferencias individuales en algo tan básico como el uso del ratón, y en patrones como la velocidad del puntero o la trayectoria que realiza por la pantalla (si es recta, convexa o cóncava).
Un sistema utilizado en la Segunda Guerra Mundial
Aunque todo esto nos suene a ciencia ficción, se utilizó un sistema parecido durante la Segunda Guerra Mundial. Los operadores de código Morse podían distinguir quiénes estaban al otro lado de la línea gracias a la fluidez de sus mensajes. Había algunos que eran lentos, y que siempre fallaban en determinadas palabras, y otros que eran ultra rápidos y jamás se equivocaban. Cuando alguno no actuaba como solía, el mensaje era puesto en sospecha, y se le realizaban una serie de preguntas para saber si era realmente la persona que decía ser o era un intruso.
Parece que las primeras pruebas con este revolucionario software ofrecen un nivel de acierto considerable, cercano al 99,5%. Puede que este sea el sistema de seguridad definitivo y que en unos años pueda extenderse a cajeros automáticos (que, por ejemplo, nos podrían pedir escribir una frase para poder comprobar que somos nosotros y permitirnos sacar dinero) o móviles, y así librarnos de recordar contraseñas y números PIN.
Fuente: http://es.finance.yahoo.com
Día a día, tenemos que lidiar con el mismo sistema de seguridad: por un lado, tenemos que introducir un nombre de usuario, y por otro, una contraseña. Para poder encender el ordenador del trabajo, para entrar en Facebook o para poder acceder a nuestra cuenta de electrónico, debemos introducir esos dos datos. Los más imprudentes siempre utilizan los mismos datos para todos estos sitios. Otros usan diferentes claves y nombres para garantizar que nadie pueda violar su intimidad. Y los más precavidos utilizan complejas claves de 12 dígitos en los que se intercalan mayúsculas, minúsculas, letras, números y símbolos.
Estos últimos son los que utilizan la forma más segura de acceder a sus cuentas, ya que sus passwords son virtualmente imposibles de descifrar por un hacker. Pero esa poderosa clave tiene un problema: es muy difícil de recordar, sobre todo si se utilizan varias igual de complejas en diferentes sitios. DARPA, la agencia encargada de inventar nuevo armamento y tecnología para el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, está probando un revolucionario software de seguridad que permite identificar a los usuarios por su forma de teclear.
Cada persona teclea de forma diferente
Según investigadores de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh (Estados Unidos), cada persona tiene una cadencia e imprime diferente fuerza a la hora de pulsar las teclas. Y hay más. En la misma investigación se ha podido comprobar cómo existen diferencias individuales en algo tan básico como el uso del ratón, y en patrones como la velocidad del puntero o la trayectoria que realiza por la pantalla (si es recta, convexa o cóncava).
Basándose en esto, DARPA está probando un software de seguridad que reconoce a quien escribe y a quien está usando el ratón. Si alguien que no tiene permiso para usar el ordenador protegido intenta hacerlo, el sistema lo descubre tanto por su forma de escribir como por los movimientos del puntero, y lo bloquea. Con esta forma tan sencilla de reconocimiento, no haría falta ningún tipo de contraseña.
Un sistema utilizado en la Segunda Guerra Mundial
Aunque todo esto nos suene a ciencia ficción, se utilizó un sistema parecido durante la Segunda Guerra Mundial. Los operadores de código Morse podían distinguir quiénes estaban al otro lado de la línea gracias a la fluidez de sus mensajes. Había algunos que eran lentos, y que siempre fallaban en determinadas palabras, y otros que eran ultra rápidos y jamás se equivocaban. Cuando alguno no actuaba como solía, el mensaje era puesto en sospecha, y se le realizaban una serie de preguntas para saber si era realmente la persona que decía ser o era un intruso.
Parece que las primeras pruebas con este revolucionario software ofrecen un nivel de acierto considerable, cercano al 99,5%. Puede que este sea el sistema de seguridad definitivo y que en unos años pueda extenderse a cajeros automáticos (que, por ejemplo, nos podrían pedir escribir una frase para poder comprobar que somos nosotros y permitirnos sacar dinero) o móviles, y así librarnos de recordar contraseñas y números PIN.
Fuente: http://es.finance.yahoo.com
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